La decisión llevada a cabo en un primer momento por la Comisión Europea fue confirmada por el Tribunal General de la Unión Europea, que tiene sede en Luxemburgo.
Cabe señalar que de acuerdo al Tribunal, Intel deberá abonar una multa de 1060 millones de euros por haber abusado de su posición dominante en el mercado de los procesadores entre 2002 y 2007.
De esta manera, la Comisión Europea impuso la multa más alta a una sola empresa en un procedimiento por infracción de las normas de competencia. Intel había interpuesto un recurso que fue desestimado.
El fallo remarca que los descuentos a Dell, HP, NEC y Lenovo son “por exclusividad” y afirma que cuando son concedidos por una empresa en posición dominante "son incompatibles con el objetivo de conseguir una competencia no distorsionada en el mercado común".
La sentencia aclara que Intel, entre 2002 y 2007, "puso en práctica una estrategia destinada a sacar del mercado a su único competidor serio, la empresa Advanced Micro Devices, Inc. (AMD)".
La Comisión Europea consideró que para los competidores de Intel era extremadamente complicado ingresar al mercado y expandirse. Los clientes, de acuerdo a la CE, "no tenían más opción que acudir a Intel para cubrir una parte de sus necesidades".
Por otra parte, la compañía efectuó varios pagos a Media-Satum para que la firma vendiera solamente computadoras equipadas con los procesadores de Intel. Este punto y los descuentos antes mencionados redujeron la capacidad de la competencia.
El Tribunal sentenció que "ninguna de las alegaciones formuladas por Intel permite concluir que la multa impuesta sea desproporcionada", remarcando que "tan sólo equivale al 4,15 % del volumen de negocios anual de Intel".
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