Así surge de un informe de IDESA. Cuáles son los pasos que se tienen que cumplir. Especialistas consultados indican punto por punto cuáles son las trabas y trámites hay que sortear
La Argentina muestra una creciente sobrecarga de burocracia y trabas para quienes quieran emprender en la legalidad nuevos proyectos.
Según un informe publicado por IDESA, entre las más recientes se destacan las trabas para exportar, importar y realizar operaciones cambiarias.
“Mientras los países vecinos progresan con políticas racionales, transparentes y generadoras de inversión, en la Argentina crece la burocracia que fatalmente se paga con menos calidad de vida”, según versa el informe.
En tanto, una reciente reforma en Uruguay permite crear empresas de manera muy ágil y poco costosa.
Así, tal como publicó IDESA, el país oriental se coloca a la altura de Chile, líder en la región en facilitar los negocios.
Empresa en el Día
En Uruguay se ha puesto en funcionamiento un sistema muy simple para la apertura de nuevas empresas.
A través de una ventanilla electrónica única –el sistema “Empresa en el Día”– se puede formalizar la registración de una empresa, sea una sociedad anónima, una sociedad de responsabilidad limitada o una sociedad unipersonal, de manera muy ágil y económica, prescindiendo de intermediarios y trámites complejos. Incluso las empresas extranjeras pueden abrir sucursales en Uruguay a través de este sistema simplificado.
Según IDESA, para encuadrar la estrategia uruguaya dentro del contexto de la región resulta de utilidad analizar la publicación Doing Business 2012 del Banco Mundial.
Este documento presenta un conjunto de indicadores sobre el entorno institucional condicionante del desenvolvimiento de la actividad económica de los países.
En particular, se analizan las regulaciones y trámites que se aplican en 183 países para aportar mediciones objetivas que permiten la comparación entre ellos.
Tomando datos para la región del Cono Sur surge que:
- En Uruguay –gracias a este nuevo sistema– constituir una empresa formal requiere cumplir con 5 trámites que consumen 7 días.
- En Chile –el país cuyo entorno es el que califica como el más amigable para los negocios en la región– formalizar una empresa requiere 7 trámites que llevan 7 días.
- En Argentina para constituir una empresa formal hay que realizar 14 trámites que consumen 26 días, es decir, casi cuatro veces más burocracia que en países vecinos.
Tal como expresa el informe, estos datos ponen en evidencia que en la región del Cono Sur, tanto Uruguay como Chile, se preocupan por generar un entorno amigable para los negocios legales.
“Se trata de un factor positivo para generar nuevos emprendimientos, expandir las empresas existentes y crear o favorecer la llegada desde el extranjero de empresas interesadas en producir en el país”.
Según surge del informe de IDESA, en el país se estima en 52 días hábiles al año el esfuerzo administrativo que demanda interpretar normas, llenar formularios electrónicos y de papel, y enviar documentación a las administraciones nacional y provinciales de recaudación de impuestos.
Esto desnuda la multiplicación de burocracia que generan los roles superpuestos de los diferentes niveles de gobierno.
A esto hay que sumar la alta y distorsionada presión impositiva. Según las estimaciones del Banco Mundial, la presión impositiva (cargas sociales, impuesto a las ganancias y otros impuestos) ascienden al 25% de la rentabilidad de las empresas en Chile y al 42% de la rentabilidad de las empresas en Uruguay.
En Argentina, tal como expresa el informe, los impuestos representan un porcentaje que asciende al 108% de lo que una empresa calcula como su rentabilidad normal.
Obviamente, destaca IDESA, la forma de compensar semejante presión impositiva es a través de aumentos de precios internos (que se reflejan en el actual problema de atraso cambiario) y con altos niveles de informalidad.
Con orientaciones ideológicas muy diferentes, los países vecinos muestran una marcada vocación por diseñar e implementar políticas transparentes, responsables y favorables a la generación de negocios legales y competitivos.
Subyace el convencimiento de que ésta es la manera más eficaz para promover el progreso social. “La Argentina, en cambio, sofoca la actividad económica con burocracia y prohibiciones irracionales”, resalta IDESA.
Esto impone a las empresas en Argentina una enorme dilapidación de esfuerzos para lidiar con la burocracia, promoviendo la corrupción, el contrabando, los gestores, las “cuevas” y los “arbolitos”.
Bajo estas reglas, la pérdida de competitividad es acelerada, por eso a modo de conclusión el informe indica que –de no mediar un cambio– la salida será reducir el salario real, vía la devaluación del peso.
Paso a Paso Qué Requisitos hay que Cumplir en la Argentina
Para Raúl Granillo Ocampo (h), socio senior del Estudio Garrido Abogados, una empresa extranjera que desea abrir una subsidiaria en Argentina debe como primer paso inscribirse ella como accionista extranjera -esto le permitirá luego participar como accionista en la sociedad local-.
“Este es un trámite complejo que requiere la presentación de gran cantidad de documentaciónde esa sociedad extranjera antela Inspección General de Justicia (IGJ) como estatutos, resoluciones, certificados de existencia, documentación que identifique a sus socios y demuestre actividad en el exterior”, explicó el abogado.
También sostuvo que la preparación de esa documentación en el exterior insume gran cantidad de tiempo y luego la IGJ necesita de varias semanas para su análisis e inscripción.
“Diría que el 95% del tiempo que toma inscribir una subsidiaria en Argentina se insume en ese trámite”, aclaró Granillo Ocampo.
Esto combinado con el requisito de la LSC que requiere que las sociedades argentinas tengan como mínimo dos socios multiplica el tiempo que debe emplearse en este trámite.
“Este es probablemente uno de los requisitos legales que más burocracia generan sin ningún beneficio para nadie -y que nuestros vecinos de Uruguay y Chile no tienen-”, indicó el abogado.
A modo de ejemplo, el Granillo Ocampo explicó que si una sociedad pública extranjera como Coca Cola, Microsoft o Google quieren abrir una subsidiaria en Argentina deberán primero encontrar un segundo socio para poder funcionar en Argentina.
“¿Cómo hacen esto? Apelan a una ficción. Crean en el extranjero otra sociedad que controlan en un 100% -o utilizan una sociedad afiliada- para que actúe como segunda accionista”, indicó el abogado.
Y sostuvo que esto se traduce en una barrera formal que implica pérdida de tiempo, dinero y energía para la formación de la sociedad argentina y también en la operación de la misma.
“El trámite de inscripción del accionista extranjero debe actualizarse anualmente, se debe obtener CDI para ambos accionistas, además de los gastos que implica para el accionista extranjero tener que mantener una sociedad para estos efectos en el exterior”, agregó Granillo Ocampo.
Agustina Vítolo, de Vitolo Abogados, coincidió en que la registración de estas sociedades requiere el filing de documentos a producirse en el país de origen, con las certificaciones y legalizaciones correspondientes.
“Dependiendo del país de origen de las empresas inversoras, estos tiempos varían entre una semana o incluso puede demorar meses. Hace dos años estuve a cargo del start-up para un grupo empresario ruso. En ese país, la Apostilla, demoró cuatro semanas -o inclusive más-; lo que implicó que recibiera la documentación, por lo menos, dos meses después de solicitarla”, explicó la abogada.
Para Vítolo, el registro de las sociedades extranjeras en los términos de los artículos 123 y 188 de la Ley de Sociedades Comerciales (LSC), puede demorar tanto 15 días como 2 meses. Todo depende de la actividad en la IGJ y de la presencia/ausencia de los funcionarios que aprueban finalmente el trámite.
Empresas Argentinas
“Un residente local que quiere llevar adelante un emprendimiento debe o bien hacerlo en forma directa como persona física y respondiendo con el 100% de sus bienes o hacerlo a través de una sociedad, pero para ello, deberá primero encontrar un socio. No tiene sentido”, sostuvo el socio de Garrido.
Para el abogado, la IGJ también ha empezado a analizar y objetar, equivocadamente, cuestiones que antes no hacía. Como por ejemplo, si el monto del capital social de una sociedad en formación es adecuado al objeto de la misma.
“Esto tampoco tiene mayor sentido. En su etapa de formación la sociedad debe poder registrarse con un capital social mínimo”, explicó.
Granillo Ocampo indicó que serán los socios quienes con posterioridad, y en base al desarrollo de las actividades y posibilidades de negocios de la sociedad, analizarán si es conveniente realizar mayores aportes de capital para poder llevar adelante el objeto social.
Para Vítolo, en cambio, la estimación de IDESA de 26 días para constituir una empresa no se acerca a la realidad de los hechos, por lo menos, en la actualidad.
“La constitución de empresas locales duran entre una y dos semanas”,indicó la abogada especialista en derecho societario.
Y sostuvo que si bien el trámite en la IGJ puede cursarse como urgente y demorar 48/72 horas, no se pueden ignorar los actos preparatorios, como la reserva de la denominación social, la confección del documento de constitución y del dictamen profesional de precalificación, la publicación de los edictos, la contratación de los seguros de caución, y la integración del capital, entre otros.
“El tiempo que tome depende de la celeridad con la que trabajen los profesionales, aunque hay cuestiones que no se pueden evitar, tales como los que implican la publicación del edicto”, agregó.
Aún en casos en los cuales el organismo no efectúa ni sola una vista -observación-, su resolución puede demorar más de lo previsto.
Lamentablemente, indicó la abogada, las estimaciones no pueden ser más que eso, lo cual resulta una dificultad para quienes trabajan con inversores extranjeros.
Además del tiempo que lleven los trámites en la IGJ, la abogada agregó que están también los de otros organismos públicos como la AFIP o privados como pueden ser las entidades financieras.
“Las demoras de los trámites en IGJ afectan la totalidad del proceso de start-up. Pues para la apertura de una cuenta bancaria, se precisa tener la sociedad constituida y con su CUIT, entre otros”, agregó Vítolo.
E indicó que esta prolongación en el tiempo, a menudo implica que los grupos empresarios pierdan la oportunidad de presentarse a licitaciones o contratar.
Por eso, la abogada sostuvo que el expertise de los abogados y la anticipación a los posibles inconvenientes, muchas veces no alcanza para cumplir con las expectativas del cliente.
Aunque, aclaró, que la práctica de años ayuda a poder armar timelines realistas y así transmitir tranquilidad al cliente.
A modo de cierre, la letrada indicó que la burocracia no sólo afecta el proceso de start-up, sino muchas veces el normal funcionamiento de las sociedades ya constituidas y operativas.
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