Con el DNU en Peligro, Economía Apuesta Todo al Canje de Deuda
Aunque en el Gobierno esperan un resultado positivo en el Senado, el Ministerio de Economía, al mando de Amado Boudou, ya definió la estrategia financiera que seguirá durante el año en caso de que el Fondo del Bicentenario naufrague. La intención oficial es mejorar cuanto antes el perfil de la Argentina entre los prestamistas internacionales –tanto públicos como privados– para obtener tasas en torno al 9% que le permitan al Tesoro cubrir necesidades financieras por u$s 10.000 millones en caso de que sea necesario. En ese camino que trazó la Secretaría de Finanzas, a cargo de Hernán Lorenzino, el paso crucial es cerrar el canje de deuda en default por u$s 20.000 millones –en manos de los llamados holdouts– que espera iniciar en la primera semana de marzo, según confían en despachos públicos. Luego de esa instancia, la estrategia continuará por mejorar la “marca Argentina” en los mercados internacionales a través de un acuerdo con el Club de París. Según el diagnóstico que hacen en Economía, un triunfo en ambos frentes derivará en un resultado lógico: que el país pueda volver a endeudarse a una tasa razonable, dado que según los hombres de Boudou hoy “el mercado financiero no refleja la real situación de la Argentina”. Si bien no hay por estos días referencias precisas para determinar cuánto debería pagar el país por tomar deuda, en el Gobierno suelen tomar como medida al Boden 2012, que el viernes pagó una tasa de casi 11% anual en dólares. Y el Boden 2015, que también siguen de cerca los hombres de Finanzas, está aún más lejos, en torno al 14,4 por ciento. Ambas referencias se encuentran muy lejos del 9% que en Economía se pusieron como techo para tomar deuda. “Se mantiene el Plan A con respecto al Fondo del Bicentenario porque confiamos en la responsabilidad institucional de la oposición. No hay Plan B. Y vamos a llevar adelante el programa financiero que contempla el presupuesto con o sin esa herramienta”, aseguran en esa cartera. Todo al canje Luego de un enero convulsionado por el conflicto entre el ex titular del Banco Central, Martín Redrado, y el Gobierno, que continúa con la disputa en el Congreso por el uso de reservas para el pago de deuda, el canje tomó nuevo impulso. Aunque es un cronograma que no manejan, en Economía esperan recibir esta semana nuevas observaciones de las entidades regulatorias a través de las cuales se estructurará la operación. Entre ellas, la Securities and Exchange Commission (SEC) de los Estados Unidos y sus pares de Luxemburgo, Italia y Japón. Según la idea que prima en el Gobierno, la oferta a los acreedores –ya hubo contactos con bonistas particulares en Italia e inversores institucionales en Gran Bretaña– permanecerá abierta tres semanas. La mayor aspiración de Economía es que un 75% de los holdouts acepten la propuesta, aunque el piso para mostrar la operación como un éxito del equipo financiero se estableció en un 60 por ciento. Los bancos Barclays, Deutsche y Citi sugirieron al Gobierno la emisión de un bono Discount con la quita nominal del 65%, la emisión de otro título para conseguir u$s 1.000 millones, el Cupón PBI -con el pago efectuado en diciembre último, por el rendimiento de 2008- y un papel para cubrir los intereses caídos de los bonos Discount y el Cupón PBI entre 2005 y 2007. Economía, sin embargo, hará modificaciones: acortará el plazo de pagos de siete a tres años, pero quitará pagos caídos atados al crecimiento, con lo que reduciría entre u$s 3 y u$s 3,5 la oferta final, con un ahorro estimado de u$s 1.500 millones para el fisco. Fuente: Cronista.com

 

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