La reforma, anunciada por el presidente Nicolás Maduro, forma parte de la promulgación de la Ley del Régimen de Administración de Divisas e Ilícitos Cambiarios, la cual despierta cierta expectativa en el mercado, aunque el estallido social en las calles venezolanas ha logrado que la medida pasara desapercibida.
Mejor conocido como Sicad II, el Sistema Complementario de Administración de Divisas II permitirá que empresas y particulares puedan acceder al dólar estadounidense.
Las personas podrán adquirir bonos de la deuda venezolana en el exterior, la cual se encuentra denominada en dólares, a través de su operador bancario. Esta operatoria es conocida como “dólar permuta”.
La tasa fluctuará de acuerdo a la oferta y la demanda, aunque el ente emisor podrá intervenir cuando las circunstancias lo requieran para estabilizar el mercado. Este mecanismo está diseñado para operar con una paridad fluctuante.
Cabe destacar que el sistema cambiario de Venezuela contempla una paridad preferencial de 6,3 bolívares por dólar para alimentos y medicinas, mientras que con la tasa fijada por el Sistema Complementario de Administración de Divisas se atienden actividades vinculadas a gastos de tarjetas de crédito, efectivo para viajes, líneas aéreas, remesas familiares, reaseguros e inversión extranjera, entre otros.
Esta bocanada de oxígeno es, por ahora, solo eso, una bocanada ya que, en medio de un ambiente marcado por cortes de calles y protestas multitudinarias, el Gobierno de Maduro todavía no publicó la ley de forma oficial. A pesar de que existe optimismo por la medida, los operadores de los mercados financieros son cautos y esperan la firma para que se esclarezca el procedimiento de implementación.
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