El Proyecto del Código Civil

En relación con el proyecto de Código Civil, un grupo de abogados envió una Carta de Lectores a LA NACION en la que reflexionan e intentan llamar la atención de la opinión pública y del mundo legal, sobre la implicancias y el costo de cambiar el derecho común del país substituyendo al Código de Vélez Sarsfield, así como también sobre la peculiaridades del origen, de la tramitación y sobre las falencias del proyecto que se presenta para reemplazarlo.

 

La carta fue publicada el domingo 8 de diciembre de 2013, pero como no se incluyeron a todos los firmantes, y se publicó con algunas omisiones, sus autores consideran interesante su difusión.

 

El texto era el siguiente:

 

“UN CÓDIGO NO DESEADO

 

Señor Director, 

 

el 'relato K' llegó al Código Civil. Ello ocurre cuando se alardea que el nuevo proyecto “tuvo el proceso más participativo de la historia”. No es así pues sólo el PE. pudo cambiar algo. 

 

La sociedad argentina no quiere reemplazar el Código de Vélez Sarsfield (los muchos intentos frustrados lo prueban). Sólo impulsa el cambio un sector académico y doctrinario, por moda o por tecnicismos,  justificándolo en unificar las obligaciones civiles y comerciales, modernizar las normas, simplificar o reunir normas dispersas.

 

No es sensato que un país abandone lo que funciona bien, y cuando los años, antes que perjudicar, mejoran la obra. Piénsese si Francia aceptaría dejar al Código de Napoleón. La gente no lo reclama y los supuestos beneficios (amén de que no se lograrían con esta propuesta) no justificarían el costo del cambio.

 

Y menos consenso tiene este proyecto. Ni la versión original que originó airadas reacciones (aún entre quienes colaboraron), especialmente por las normas de familia, vida, fecundación, divorcio, etc. y por la descoordinación e inconstitucionalidad de algunas disposiciones. Las modificaciones del PE. mejoraron algunas normas pero agravaron otras y profundizaron las contradicciones. En las  282 exposiciones de las audiencias públicas de Capital y La Plata,  un 91% estuvieron en contra, total o parcialmente. Pero ninguna sugerencia fue incluida.

 

El  Congreso fue ignorado, y confirmó ser una simple 'escribanía',  aceptando el tratamiento que ilegalmente le impuso la Presidente y retrasando o acelerando el trámite al compás de los cambios del humor de CFK hacia  la Corte Suprema y sus redactores. Y finalmente no modificó una coma, y con cinco dictámenes diferentes, el de la mayoría fue por la aprobación 'a libro cerrado'.

 

Desordenado, descoordinado, discutido, con principios de dudosa constitucionalidad - que provocarán cataratas de juicios - y con infinidad de temas que quedan fuera o van a leyes especiales, este proyecto - cuyos redactores excedieron el encargo original (debían 'actualizar' y no ‘substituir’) - debe ser desestimado.  Y la aventura ya produjo el cuestionado proyecto de responsabilidad del Estado.

 

María José VIVANCO  - Horacio M. LYNCH - Felipe ORDOÑEZ  Horacio LUCHIA PUIG - Juan Pablo CHEVALLIER BOUTELL  Rafael ZAMBRANO  - Álvaro G. CASALINS “.

 

 

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