Por Silvina G. Corazza
Clarke, Modet & Cº Argentina

Como sabemos, las marcas son los signos que distinguen productos y servicios. Sin lugar a dudas, un gran producto argentino es el vino.

A lo largo de este siglo, las bodegas tuvieron que aggiornarse a los importantes cambios que surgieron en nuestro país y en especial, en la década de los 90, donde hubo que cambiar el producto (elaborar varietales, disminuir el paso por madera, modernizar las instalaciones, etc.) para poder competir en los mercados internacionales.

Una de las primeras bodegas que tuvo origen en nuestro país es Goyenechea, que nació en 1868 de la mano de los hermanos Santiago y Narciso Goyenechea. Era un almacén de ramos generales y de venta de vino cerca de Plaza de Mayo (San Rafael, Mendoza). Entre sus logros está el de ser la primera bodega americana que exporta un vino con D.O.C. (Denominación de Origen Controlada), el Chardonnay de ese año (1993). Hoy ya va por la quinta generación y extraoficialmente, transitando la sexta.

De acuerdo a la Ley 25.163 de “Vinos y bebidas espirituosas de origen vínico”, existen tres categorías: la indicación de procedencia (IP, reservada para los vinos de mesa o regionales), la indicación geográfica (IG, para vinos de calidad) y la denominación de origen controlada (que es la de mayor importancia y por ende, con mayores requisitos para su otorgamiento). La Ley 22.362 protege a las denominaciones de origen en su art 3 inc.c)  al estipularque no se consideran marcas y no son registrables las D.O. tanto nacionales como extranjeras. A continuación las define como “el nombre de un país, de una región, de un lugar o área geográfica determinados que sirve para designarunproducto originario de ellos, y cuyas cualidades y características se deben exclusivamente al medio geográfico…”

En consonancia con la Ley de marcas, la resolución del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Resolución No. C. 20/04 y Anexo) establece que las etiquetas presentadas para el visado de dicho organismo, que mencionen nueva marca, deberán ser acompañadas del título de propiedad o número de registro de la misma. De lo contrario, este Instituto antes de proceder al citado visado, verificará si el nombre propuesto como marca puede suscitar algún tipo de oposición con relación a alguna ya registrada”

Tengamos en cuenta que las marcas tienen una duración de 10 años y pueden ser renovadas indefinidamente. Es por ello que pueden ser transferidas de generación en generación.

Como en el caso de Luigi Bosca que se encuentra en manos de la tercera y cuarta línea parental. Fundada en 1901 por Leoncio Arizu quien plantó en Vistalba (Luján de Cuyo) sus primeros viñedos. En 1944, sus otros socios: Moretti y Ferrari, le ceden a Leoncio los derechos de propiedad sobre la sociedad de hecho de Bosca, Ferraris y Moretti. Recordemos que Luigi Bosca fue un bodeguero muy prestigioso de Italia y su hijo,Pietro, vino para ampliar su negocio. Como dato interesante podemos mencionar que colaboraron en la creación de la primer D.O.C. (Luján de Cuyo, 1989).

Hay que destacar que las marcas entran dentro del patrimonio como bienes intangibles y por ello forman parte del acervo hereditario. Como seguramente habrá sucedido con aquellos registros de vinos que pertenecían a sus fundadores y que fueron transferidos a sus descendientes.

Siguiendo con un poco de historia, recordemos que Nicola Catena salió de Italia con destino a Mendoza en 1898 y a los 4 años de su llegada, plantó su primera viña de Malbec. Nadie hubiera imaginado que con los años su bodega, Catena Zapata, obtendría un reconocimiento mundial por la calidad de sus productos. Esto fue gracias a la labor de su nieto Nicolás, economista y visionario. Como Chateau Mouton Rothschild en Francia, Catena fue pionera en nuestro país diseñando etiquetas por artistas. Actualmente, la tercera y cuarta descendencia están a cargo del negocio.

Si hablamos de un establecimiento tradicional, no nos podemos olvidar de López. José López Rivas vino en 1886 desde Málaga a nuestro territorio, a fin de huir de la tan temida filoxera (plaga de la vid), radicándose en Mendoza por el año 1898. Criticados o adorados, sus vinos han signado a los argentinos durante muchísimos años. Cómo no nombrar las marcas “Rincón Famoso”, “Chateau Vieux”, “Vasco Viejo”, “Montchenot” y “Selección López” (hoy “Malbec López”), entre otras. Hoy, la bodega la preside la cuarta línea de sucesión.

Por último, vayamos al sur de nuestro país, precisamente en el Alto Valle de Río Negro, donde se erige desde 1909 el establecimiento Humberto Canale, cuyo nombre se lo debe a un ingeniero que se atrevió a mirar y desarrollar otro terruño al sur del territorio y, que con el tiempo adquiriría presencia como una de las 3 grandes regiones vitivinícolas de Argentina. Ya va por la cuarta generación.

Una marca se puede crear por el azar pero sin lugar a dudas, no se sostiene sino por la visión que se quiere alcanzar; visión que tuvieron al plantar esas vides aquellos inmigrantes, y que fue respetada y mantenida por sus continuadores.

Estos 5 ejemplos son aún más elogiables si se tiene en cuenta que hasta el día de hoy, el proyecto original sigue en manos de la familia. No han sido pocos los embates que han sorteado para mantener vigentes sus marcas. Por lo tanto, la fórmula: PASION TESON ha dado resultado.