Pensando en el 2023, Abogados.com.ar conversó con Francisco Roggero, Ignacio Sanz y Carolina Zang, socios de Zang, Bergel & Viñes Abogados para conocer sus opiniones sobre los principales aspectos en materia económica y regulatoria; la coyuntura general y su impacto en el mercado legal para el próximo año.
El año 2023 tendrá desafíos políticos en el país, ya que será un año electoral, ¿qué se debe esperar para el clima de negocios en ese marco, en general y para los estudios de abogados?
Francisco Roggero (FR): El clima de negocios en el 2023 no va a ser el mejor a menos que se avizore un cambio rotundo en la política, cosa que, de ocurrir, igual será recién a fin de año. Siendo ese el panorama, veo un clima de negocios enrarecido hasta las elecciones. Los abogados veremos más de lo que hemos visto estos años: poca inversión extranjera, bastante conflictividad local y mucho tema regulatorio (en el peor sentido de la palabra: regulaciones restrictivas del comercio, sobre precios, restricciones cambiarias, etc.). Adicionalmente, creo que habrá nueva morosidad, concursos, quiebras y restructuraciones. Las únicas áreas de la economía que podrían salvarse son algunas manufacturas (alguna automotriz anunció inversiones para el año próximo), petróleo, gas y energía en general. Aun así, son áreas que recibirían mucha mayor inversión, dado su potencial, pero están restringidas por la política cambiaria.
Los economistas anticipan más inflación y un mayor ritmo devaluatorio en la Argentina, ¿puede generarse mayor rispidez y litigiosidad en materia comercial?.
FR: Pareciera que más inflación y más devaluación serán un hecho. Y sí, eso genera litigiosidad, incumplimientos contractuales, imposibilidades, etc., todo lo cual puede terminar en los tribunales.
Las restricciones a las importaciones están provocando todo tipo de inconvenientes a la industria, hasta llegar a la parálisis de la producción y las suspensiones. ¿Cómo ven el panorama para 2023?
FR: Nuevamente, no esperaría algo distinto a lo que hemos visto estos 3 años. Posiblemente además se agrave la situación, aunque el peronismo en general contiene los desbordes sociales. En definitiva, creo que tendremos más pobreza y menos actividad comercial, con la expectativa de un cambio hacia fin de año. Y las empresas seguirán envueltas en el galimatías que supone hoy producir sin posibilidades de importar insumos.
La prohibición de pagos al exterior y de giro de dividendos, ¿cómo seguirá afectando a las empresas exportadoras y a filiales argentinas de multinacionales?, ¿estas compañías todavía tienen margen para acudir a la Justicia?
Carolina Zang (CZ): La prohibición de pagos al exterior y restricciones cambiarias en general seguirán. De hecho, hoy no sólo debemos lamentar eso, sino que incluso es bastante difícil entrar en nuestro país para las pocas empresas extranjeras que se animan, ya que la IGJ hace todo lo posible por impedirlo. Y seguirán también los reclamos en la justicia. Tal vez con elecciones cerca y un resultado previamente definido, haya fallos de la justicia al respecto más contundentes.
A nivel regional, será el año de la llegada de Lula Da Silva al poder en Brasil, con una gestión económica dividida y, en principio, rodeada de la desconfianza del establishment, ¿esto afectará posibles planes de negocios?
FR: Creo que Brasil tiene una característica envidiable y es que su economía funciona con independencia de la política. Lula terminó preso, pero durante su gobierno al país le fue bien. Puede gustar o no Bolsonaro, pero Brasil tuvo hasta deflación. Y creo que con el próximo gobierno pasará algo similar. Al menos así lo veo yo y comparten esta mirada muchos abogados brasileros con quienes lo he conversado en los últimos tiempos. Brasil seguirá económicamente bien aunque su política sea un desastre.
Todos los años el Gobierno crea nuevos impuestos y provoca que los particulares y empresas afectados recurran a los Tribunales, ¿qué anticipan para 2023?
FR: Como dijimos en las preguntas anteriores: no espero algo distinto. Seguramente haya una fuerte presión impositiva y es posible que los afectados sigan recurriendo a los tribunales con resultados inciertos y dispares.
¿Qué opinan sobre otras iniciativas que pasaron para 2023 en el Congreso, como el acuerdo con la OCDE sobre convenios para evitar la doble imposición o la ley de envases?
Ignacio Sanz (IS): Las iniciativas que han pasado en los últimos tiempos por el Congreso han sido lamentables, salvo muy contadas excepciones. La ley de etiquetado es un buen ejemplo, pero hay muchos. Y ahora el proyecto de reforma de la ley de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo que es gravísimo. Esta es una pregunta muy importante, porque los abogados deberíamos involucrarnos más en la actividad legislativa que por momentos en este País es una bomba silenciosa.
Este tipo de leyes que cambian las reglas de juego para las empresas y causan perjuicios en la seguridad jurídica, ¿cómo afectan a la inversión?, ¿se terminarán resolviendo en acciones en la Justicia?
CZ: Este tipo de leyes obviamente afectan la inversión. Quienes ya están en el país recurrirán a la justicia, y quienes estaban pensando en venir, desistirán ante esta clase de normas.
¿Existen otros proyectos en el Congreso o discutidos todavía en el seno del Poder Ejecutivo que puedan ser controvertidos en materia de seguridad jurídica y respeto a las reglas de juego?
IS: Sin dudas el proyecto que mencioné sobre lavado de activos y financiamiento del terrorismo es uno que hay que pelear para que no sea ley. Y hay varios más.
¿Cuáles son los desafíos de las firmas legales de cara al 2023, teniendo en cuenta este marco político, económico y legislativo?
FR: El desafío para el 2023 será una vez más estar cerca de nuestros clientes en tiempos difíciles. En mis años de profesión, lamentablemente, han sido muchos los que tuvieron ese matiz. Pero por eso creo que es algo que sabemos hacer. Acompañarlos cuando enfrentan dificultades. Ayudarlos a interpretar las nuevas regulaciones y a resistirlas en la justicia cuando fuera necesario. Ayudarlos en sus inversiones. En especial ayudar a aquellos que, siendo extranjeros, quieren apostar o siguen apostando por nuestro País. Ahí estaremos los abogados.
Y de cara hacia adentro de nuestras firmas, veremos muchos temas regulatorios, de derecho público, litigios, impuestos y en general las áreas conflictivas. Esperemos que siga habiendo algo de M&A pero no soy optimista para el 2023. En todo caso, distressed.
¿Dirías que la misma dificultad del contexto puede abrir oportunidades de negocios para los abogados?
IS: Los abogados mutamos. En años buenos para el país (hace tanto que no los recuerdo…) hacemos negocios, M&As, inversiones, crédito, etc., y en los malos litigios, conflictos con el sector público (o, más bien, ¡tratamos de evitarlos!), restructuraciones y operaciones en distress. Siempre hay oportunidades y, en especial, está claro que en estas circunstancias nuestros clientes nos necesitan y mucho.
Con la pandemia cambió la gestión de casi todas las actividades, ¿cómo afecta la digitalización la práctica del derecho?
FR: La pandemia cambió el mundo de los abogados. Y el mayor y mejor de los cambios sin dudas ha sido la digitalización de la profesión. Los abogados que siempre hemos sido los más resistentes al cambio, tuvimos que adaptarnos y mutar hacia una realidad nueva que llegó para quedarse. El avance en la digitalización de los trámites administrativos y en la justicia fue fenomenal y hubiera demorado años de no ser por la pandemia. Y es claro para todos que todavía falta mucho desarrollo en esto. Siempre recuerdo que el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal interpuso acciones judiciales para demorar e impedir la entrada en vigencia de las notificaciones electrónicas… Y eso no fue hace mucho. Pero bueno, el mundo nos hizo cambiar y, aun aquellos más reticentes, no tuvieron opción.
¿Cómo se está gestionando la vuelta a la presencialidad?, ¿el régimen de trabajo híbrido tiene beneficios no sólo para los empleados, sino también para las firmas?.
IS: Creo que en ZBV gestionamos bien la vuelta a la presencialidad. Como todos, estamos viendo dónde termina esto. Es un tema que venimos hablando en distintos foros y yo llego a la conclusión de que aún no es posible predecir cuál será el famoso new normal. Casi todas las firmas estamos en sistemas híbridos, mayoritariamente de 2 días presenciales, aunque ya muchas pensando en 3. Lo que sí creo que llegó para quedarse es el concepto de flexibilidad. Y creo que eso es muy bueno. No importa tanto cuántos días vamos a la oficina sino la idea de que somos flexibles, de que podemos trabajar en la oficina o en casa, que podemos administrar mejor nuestros tiempos. Antes eso no existía y creo que es una cuestión positiva que trajo la pandemia.
Dejando atrás el contexto de pandemia ¿Cuáles son las principales metas de la firma de cara al futuro?
CZ: Los años de pandemia fueron buenos para ZBV. La verdad es que lejos de perder el tiempo, lo aprovechamos y mucho. Hicimos reformas en sistemas muy importantes que nos permiten encarar los próximos años tecnológicamente robustos, trabajamos mucho en el partnership y sumamos socios y áreas de práctica. Hacia el futuro queremos consolidar todos estos cambios y que se traduzcan en mayor crecimiento y mejores servicios a nuestros clientes. Queremos estar cerca de ellos y de nuestra gente. Finalmente, queremos poner también nuestro granito de arena con el País y, en ese sentido, seguiremos muy comprometidos con la actividad pro bono y con las instituciones a las que acompañamos.
¿Qué lecciones y aprendizajes te deja el 2022?
FR: Creo que el 2022 fue el año de la consolidación de los cambios que produjo la pandemia. Si bien, como dije, no sabemos dónde termina todo esto, sí está claro que la flexibilidad llegó para quedarse y me parece que 2022 fue el año donde aprendimos a convivir con ella, no ya forzados por un encierro obligatorio, sino aprendiendo a tomar lo bueno que nos dejó la pandemia.
Estos han sido años que invitaron a la reflexión, que nos hicieron replantear cosas, producir cambios y todo esto es muy bueno.
En ZBV trabajamos mucho este tiempo la idea de trascendencia. Somos una firma que ya lleva varios traspasos en su management y donde primó siempre esa idea de que la institución trasciende a las personas. Y eso es muy bueno. No es nuevo, está en el ADN de ZBV, estaba en el ADN de sus fundadores, también en el de la generación que los siguió en el management y en quienes nos sumamos ahora. Somos todos muy distintos pero nos une la búsqueda de la excelencia y el sentido de trascendencia. Y por suerte somos, además, un buen grupo de amigos.
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