La compañía estadounidense había sido condenada a pagar 270 millones de dólares por daños y 50 millones de dólares en concepto de intereses por utilizar los derechos del formato del concurso “¿Quién quiere ser millonario?”.
Disney y sus afiliados –ABC, Buena Vista y Valleycrest- presentaron un recurso de apelación ante el tribunal aunque fue rechazado. Ahora, la compañía solo tiene la opción de acudir a la Corte Suprema.
El litigio sobre los derechos del concurso Who wants to be a Millionaire? (¿Quién quiere ser millonario?) se inició en 2004 y la última sentencia al respecto se efectuó en el año 2010.
Las compañías intervinientes le habían negado a la productora Celador los ingresos correspondientes por los derechos acerca del concurso aunque la justicia determinó que Disney deberá efectuar una indemnización de 319 millones de dólares.
El portavoz de la compañía estadounidense ha manifestado que se encuentran “extremadamente molestos con la decisión (...) continuamos creyendo habernos adherido al acuerdo plenamente".
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