La líder de un grupo de familiares y amigos de militares procesados por su participación durante la dictadura busca que el medio de comunicación la indemnice por “daños y perjuicios”.
La publicación que generó el “severo daño moral” de Pando fue del 13 de agosto de 2010, cuando en la contratapa de la revista se leía “Las chicas quieren guerra antisuversiva” con un fotomontaje de Pando atada al estilo bondage.
La nota se refería a una acción de protesta que la activista había llevado a cabo en el Edificio Libertador al encadenarse para reclamar por la detención de militares procesados.
A través de una medida cautelar, Pando había solicitado a la justicia que se retirara la circulación de todos los ejemplares. Esto finalmente no ocurrió. El caso de libertad de expresión podría llegar a la Corte Suprema de Justicia.
"Hasta ahora nunca tuvimos un juicio, y eso es porque la mayoría de la gente entiende que lo que hacemos es una sátira. Pando busca algo de repercusión y recuperar visibilidad pública", sostuvo la directora de la revista, Ingrid Beck.
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