Las secuelas del operativo boquetero realizado contra el Banco Provincia, los primeros días de enero del 2011, no terminan de aparecer, pues a los clásicos reclamos de los titulares de cajas robadas, se le suma ahora otro muy peculiar. La Asociación Civil Consumidores Financieros, a través del estudio de abogados Arazi, Prato, Mariani de Vidal, Merola & Asociados acaba de radicar un juicio por el citado hecho, ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N°3, Secretaría N°6 , pidiéndole al Juez una condena que rondaría los $500 millones de pesos, a favor de quienes pudieron salvarse del saqueo de sus cofres.
Serían aproximadamente dos mil personas, pues suele haber más de un titular por caja. Dicho reclamo está basado en el perjuicio moral que sufrieron hasta comprobar que no fueron robados, más la aplicación de una severa multa por la grave negligencia exhibida por el Banco, técnicamente denominada “daño punitivo” e incorporada hace poco a la ley 24240, pero de mucho uso en los Estados Unidos. El formato utilizado por sus abogados es una acción de clase, mecanismo también de origen norteamericano. Esta demanda no tiene precedentes en el país, en el sentido que está iniciada por afectados indirectos no perjudicados económicamente por el robo.
Cabe destacar que el Banco Provincia de Buenos Aires en su respuesta, además de rechazar todo derecho de indemnización para quienes no fueron robados, calificó a esas personas preocupadas y atemorizadas de “enfermos mentales”. Efectivamente, de modo textual, a fs.163 vta. del expediente judicial dice el Banco Provincia: “Cabe preguntarse si lo que describe la demanda como desazón e incertidumbre de ciertas personas no es ni más ni menos que el DELIRIO DE UN GRUPO HOMOGENEO DE SICOTICOS. Sicóticos que seguramente se angustian hasta el desvarío por supuestos de radiación, como el de los hornos de microondas, de los teléfonos celulares, o de los rayos gamma terrestres generados en una tormenta, y quisiera andar por el mundo con un contador geiger en la mano….”.
“Hay cientos de perjudicados indirectos por el robo, entre los cuales hay mucha gente de edad avanzada. Todos se vieron sumergidos varios días en una angustia que les dañó su salud. Es lo que se llama “daño moral” en palabras jurídicas y su indemnización no exige que haya perjuicio económico, según fallos reiterados de nuestra justicia. Esas personas por culpa de las enormes fallas del Banco Provincia sufrieron semejante daño. El banco no vaciló en calificarlos de enfermos mentales burlándose inclusive al expresar que deben andar todo el día con un contador geiger en la mano por miedo a las radiaciones y otras enormidades por el estilo” expresó el Dr. Osvaldo Prato.
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