Un hombre que llevaba 25 años trabajando en el Correo Oficial fue despedido por ausentarse de su puesto en reiteradas ocasiones. Además, había rechazado las notificaciones enviadas para que se reincorporara.
La primera medida que tomó la entidad ante el incumplimiento del trabajador fue suspenderlo un día. Luego fue sancionado con más suspensiones y, a pesar de ello, no se presentó al trabajo por cuarta vez consecutiva.
El Correo le envío dos intimaciones al trabajador para que se reincorporara, según consta en la causa, aunque fueron rechazadas con el argumento de que “eran de una fecha en la que se encontraba de vacaciones”.
Además, el cartero cuestionó a su empleador, que acreditó el despido con causa, exigiendo la prueba de veracidad del envío de los telegramas para que se reintegrara al puesto.
La Cámara Nacional de Apelaciones confirmó el despido del cartero basándose en que no había ningún elemento que demostrara el fundamento utilizado por el trabajador.
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