El juez Ricardo Dutto observó ciertos obstáculos en la relación conflictiva entre los padres para el relacionamiento entre los distintos miembros de la familia (el niño de 6 años vive con la madre, mientras un adolescente de 13 convive con el padre).
Por tal motivo, el magistrado de familia ordenó en su sentencia que los padres busquen asistencia terapéutica y se reúnan “en la sala de lectura de la sede de tribunales una vez por semana, bajo la supervisión de una asistente social".
De esta manera, el juez rosarino indicó que la relación conflictiva entre los progenitores “obstruye el contacto entre los hermanos”. Los padres, separados tras la disolución del núcleo familiar, tendrán que concurrir a tribunales con sus hijos para leer dos obras literarias y el texto de la Convención de los Derechos del Niño.
"El papá y la mamá de los menores puedan lograr la mayor comprensión del significado y reconocimiento de sus hijos menores como personas y como exigencia mínima de entendimiento de la crianza, educación y orientación", sostuvo el juez tras su resolución.
Los libros que deberán leer los padres son “Ética para Amador” y “El Principito”, y la Convención de los Derechos del Niño, desde el artículo 1 al 31. Una trabajadora social supervisará que los miembros de la familia concurran a tribunales.
El juez, además, indicó que es "una obligación concurrir (a las sesiones de lectura) bajo apercibimiento de ser conducida por la fuerza pública".
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