Transformando la práctica legal hacia el futuro
El sector legal se encuentra inmerso en una revolución tecnológica sin precedentes. En 2024, el “legaltech” se ha consolidado como una herramienta clave para optimizar la práctica jurídica y redefinir la manera en que los profesionales del derecho trabajan y se relacionan con sus clientes.
Para entender en profundidad las tendencias de este año, es fundamental reflexionar sobre los hitos y avances que marcaron el 2024, ¿cómo llegamos hasta acá?
En este artículo exploramos el camino recorrido y las predicciones para el futuro inmediato y cómo están moldeando no solo el sector legal, sino también a sus profesionales.
El legado del 2024: Un año de avances clave
El 2024 fue un año crucial para el legaltech, con el lanzamiento de herramientas que redefinieron la eficiencia y accesibilidad en la práctica legal.
Entre los hitos más destacados se encuentra la popularización de sistemas de IA generativa como ChatGPT (OpenAI), Gemini (Google) o Copilot (Microsoft) y sus aplicaciones específicas en el sector legal. Estas herramientas no solo fueron pioneras, sino que además impulsaron la creación de contratos preliminares, respuestas a consultas legales y análisis de casos, permitiendo una automatización con una rapidez antes inimaginable.
Otro avance significativo fue el desarrollo de plataformas de colaboración que transformaron el trabajo remoto y facilitaron la integración de equipos globales. La pandemia aceleró la adopción de soluciones tecnológicas legales, y en 2024 muchas de ellas se consolidaron como indispensables para el día a día en los despachos. Un ejemplo destacado fue la implementación masiva de sistemas de gestión del ciclo de vida de contratos (CLM), que simplificaron procesos complejos y minimizaron los errores humanos.
La ciberseguridad también fue protagonista, con un enfoque renovado en la protección de datos ante el aumento de ciberataques dirigidos a despachos jurídicos. Herramientas de detección proactiva y capacitaciones en seguridad digital se volvieron norma en un sector que no puede permitirse vulnerabilidades.
La inteligencia artificial como motor del cambio
En 2025, la inteligencia artificial seguirá siendo el eje central del avance tecnológico. Las herramientas que comenzaron a consolidarse en 2024 ahora están siendo adoptadas de manera masiva y con propósitos más ambiciosos. Los sistemas de IA avanzados no solo asisten ahora en la revisión de documentos, sino que también analizan patrones legales para anticipar el resultado de litigios.
¿Puede la IA reemplazar por completo a los abogados? Aunque responder a esta pregunta no es sencillo, lo que sí está claro es que, si bien estas tecnologías pueden automatizar tareas repetitivas, el juicio crítico, la creatividad y la empatía humana permanecen como cualidades irremplazables. En lugar de temer por su relevancia, los profesionales deben preguntarse: ¿Cómo puedo potenciar mis habilidades aprovechando estas tecnologías para brindar un mejor servicio?
Automatización y eficiencia operativa
Hablando de la tan aclamada automatización que ya mostró su eficacia en 2024, esta continuará simplificando procesos en 2025. Como ya se ha visto y comprobado, los avances en CLM y la integración de flujos de trabajo digitales han permitido que los despachos reduzcan costos operativos y se enfoquen en actividades de mayor valor.
Para aprovechar la automatización sin caer en el sesgo de perder la calidad y el toque personal que caracteriza al derecho y los profesionales mismos, la clave reside en encontrar un equilibrio entre la tecnología y las personas que la utilizan, garantizando que las herramientas implementadas sean un complemento de sus capacidades, no un reemplazo. Asimismo, una formación y capacitación periódica sobre las herramientas tecnológicas disponibles con un abordaje constructivo de su implementación puede ser muy positivo para que más profesionales no las perciban como amenaza sino como un aliado.
Ciberseguridad: un imperativo en la era digital
El 2024 marcó un punto de inflexión en la percepción de la ciberseguridad en el sector legal. Los ciberataques dirigidos a despachos y sistemas judiciales aceleraron la adopción de medidas de protección avanzadas, desde herramientas de encriptación hasta sistemas de monitoreo en tiempo real. Estos eventos revelaron la falta de actualización y conciencia en estos sectores sobre la ciberseguridad, destacando la urgencia de implementar tecnologías de protección y adquirir el conocimiento necesario para enfrentarlas de manera efectiva.
Por lo tanto, en 2025, la ciberseguridad se consolidará como un elemento no negociable. Para enfrentar los riesgos que trae consigo la digitalización, el éxito depende de adoptar una mentalidad proactiva, de constante adaptación e invertir en tecnologías de protección, capacitando a los equipos legales para identificar y mitigar amenazas antes de que se conviertan en problemas.
Blockchain y contratos inteligentes
El blockchain comenzó a ganar tracción en 2024, el cual hoy en día se encuentra revolucionando la transparencia y la eficiencia en los procesos legales. Los contratos inteligentes permiten que las obligaciones se ejecuten automáticamente, reduciendo disputas y acelerando transacciones.
Sin embargo, esta tecnología también plantea preguntas importantes: ¿Estamos preparados para integrar el blockchain en nuestras operaciones diarias? ¿Cómo garantizamos que estas herramientas sean accesibles y comprensibles para todos los profesionales, independientemente de su formación tecnológica? Por lo tanto es esencial adoptar estas nuevas tecnologías de manera consciente y responsable, sino estaríamos solucionando un problema solamente para crear otro.
Transformación digital en los tribunales
La digitalización de los tribunales avanzó significativamente el año pasado, con la implementación de plataformas para la presentación electrónica de documentos y audiencias virtuales. Estas innovaciones continúan evolucionando en 2025, mejorando el acceso a la justicia y agilizando los procedimientos legales.
Así como se vieron innumerables beneficios sobre estas nuevas prácticas, también se pudieron detectar usos irresponsables de las mismas. Un caso conocido es el del Consejo Nacional de Justicia de Brasil, que abrió una investigación contra el juez Jefferson Rodrigues, quien publicó una sentencia elaborada con la ayuda de ChatGPT que incluía jurisprudencia inventada.
Por lo tanto, si bien hemos dado grandes pasos hacia la automatización y digitalización en los procesos tribunales, aún queda mucho por mejorar en cuanto a la ética y responsabilidad de su aplicación.
La experiencia del cliente centrada en la tecnología
El legaltech también está transformando la manera en que los despachos interactúan con sus clientes. En 2024, las herramientas de autoservicio y plataformas intuitivas comenzaron a cambiar las expectativas de los clientes, un cambio que se profundizará en 2025.
La adopción del Legal Design, cuya popularidad incrementó estos últimos años, el cual se centra en la accesibilidad, permite a incluir a todo tipo de personas de distinta índole, ya sea personas con discapacidades visuales, dificultades de lectura o mismo, desconocimiento de la jerga jurídica, facilitando así la comprensión ya sea por medio de gráficos, uso de lenguaje sencillo o dictados de voz.
Estas nuevas medidas podrían favorecer la adopción de un enfoque más centrado en el cliente. La adaptabilidad será crucial para mantenerse relevante en un mundo donde la personalización y la eficiencia son cada vez más demandadas.
Reflexiones finales: hacia un futuro más inclusivo y tecnológico
El 2024 sentó las bases para una transformación significativa en el sector legal, y 2025 promete consolidar estas tendencias. El legaltech no solo está redefiniendo la práctica jurídica, sino también desafiando a los profesionales a repensar su papel en un mundo en constante cambio.
La clave del éxito radica en tomar a la tecnología como un aliado, no como una amenaza, y en fomentar una mentalidad de aprendizaje y adaptación continua. En última instancia, el futuro del derecho dependerá de nuestra capacidad para equilibrar la innovación tecnológica con los principios fundamentales de justicia, ética y equidad sin dejar las cualidades humanas de lado.
El desafío está sobre la mesa. La verdadera pregunta ahora es: ¿cómo podemos prepararnos estratégicamente para aprovechar las oportunidades responsablemente y enfrentar los retos de este nuevo panorama?
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